Voceiros migrados: Ramón Carballo Pérez, un galego na Nova Galicia.

 

Miguel Rodríguez Martínez

Alfonso Pérez Romo, entrevistado.

Atopámonos na Universidade Autónoma de Aguascalientes, México para falar co Doutor Alfonso Pérez Romo, recentemente galardoado co Premio Aguascalientes pola súa traxectoria en diferentes eidos: dende a súa labor como científico até o compromiso que mantivo co mundo educativo. Don Alfonso Pérez Romo graduouse na facultade de medicina da UNAM na especialidade de pediatría, pero regresaría á súa terra natal para ser catedrático do Instituto de Ciencias de Aguascalientes e vicepresidente da Asociación de Pediatría de México. Á vez foi director médico da Cruz Vermella, decano do Centro Biomédico da Universidade Autónoma de Aguascalientes e rector da mesma. Na área de cultura e artes destacou por ser director e fundador do Instituto Cultural de Aguascalientes e por moitas outras actividades como a fundación da carreira de Ciencias da Arte e Xestión Cultural da universidade comentada. Hoxe, nesta entrevista que moi amablemente nos concedeu non estamos para falar sobre el, senón sobre un home moi importante na súa vida: o seu pai, de orixe galega. Nesta entrevista daremos voz a un deses migrantes galegos que remataron cumprindo o soño das Américas, onde a cultura do esforzo e a perspeverancia tan nosa aparecen ben reflictidas ao longo da entrevista.

– Moi bos días don Alfonso e moitas grazas por atendernos hoxe. Suscitoume moita ilusión atopar un libro da súa autoría aquí, na miña estancia en México, que se chamase “Galicia: un derrotero sentimental”. Podería comezar presentándonos ao seu pai?

El placer es nuestro de poder tenerte aquí, muchas gracias por interesarte por esta historia que decidí narrar brevemente en el pequeño relato que has mencionado. Pues mira, mi papá se llamaba Ramón Carballo Pérez, pero él siempre se ponía Ramón C. Pérez porque así figuraba en el pasaporte, fíjate. El apellido Pérez es de su madre, Carballo era su padre, Evaristo Carballo. Yo me debería llamar así, pero según nos había contado le habrían quitado el primer apellido en el papel de la frontera para evitar problemas, ya que Pérez era más común. Mi papá llegó cuando tenía 16 años, y mi madre era de aquí. Ella descendía, mira fíjate era nieta de un vascoense, de aquellos vascos que venían que eran especialistas en la cría de ganado lanar, por la zona de Tlatenango. Mi padre se vino de muchacho de Galicia, salía mucho chico de Galicia, las pequeñas propiedades que se fueron haciendo cada vez más chiquitas de esa zona de Galicia interior y claro, se quedó el mayor haciéndose cargo de sus padres, de la familia y de las tierras, los demás se iban ¿qué iban a hacer en tan pequeño terreno? Iban a donde podían: América, Argentina, Bilbao… Mis abuelitos, es decir, sus padres eran Evaristo Carballo Juanes y Manuela Pérez Álvarez, naturales de O Seixo en O Cebreiro, Lugo.

– Tiña algún tipo de contacto ou referencia eiquí en México, ou foi un destino aleatorio?
Ándale. Traía una carta para una persona que alguien conocía a mi abuelo. Le dijo que en San Luis Potosí hay un señor que acoge a los muchachos que van para allá, tiene un negocio allí en San Luis y les pone a trabajar. Se llamaba Antonio Zorrilla, supongo que era español por el nombre, y tenía una tienda de aquellas grandes donde se vendía de todo y los chicos vivían en la bodega, la mujer les hacía de comer y dormían sobre los sacos en bodegas y así comenzaban los muchachos a trabajar. Así comenzó mi padre, siempre recordó a este hombre con mucho cariño, y luego se independizó. Tuvo ahorros y se puso a trabajar y pues venía de una cultura del esfuerzo cotidiano, ya. Tenía 16 años pero ya sabía como se ganaba el pan todos los días, con mucho esfuerzo. Entonces entonces en un lugar llamado Sagral en San Luis Potosí abrió una pequeña tienda, se casó con mi madre, y tuvieron su primera hija chiquita todavía de brazos cuando se incendió la noche la tiendita. Habían empezado bien pero parece que unas ratas mordieron los cerillos y se incendió, quemándose todo, salieron con lo que tenían puesto y eran los tiempos de la revolución así que era muy difícil también moverse.

– Cal foi o motivo que o levou a marchar e como foi a súa chegada?
Mira, mi papá llegó en el año 1910, en plena Revolución, partiendo del puerto de Santander. El motivo fue salir de ese contexto. Mira había esto primero, se había ido con su hermano mayor a trabajar en los altos hornos de Bilbao, chico todavía, con el hermano mayor. O sea trabaja desde muy pequeño y seguramente también te voy a decir otra cosa: en ese tiempo estaba la guerra de Marruecos, que estaba Primo de Rivera el dictador y había una matazón de muchachos allí en África, entonces probablemente fue también una causa. El abuelo quiso zafarlo de que lo llevaran a la milicia. Así, en vez de trabajar en Bilbao este le dijo vete del país que sino te van a matar en Marruecos. Pienso que todas esas cosas influyeron en que le metieran dos pesetitas y una carta y fuese con el señor que fue muy bueno en San Luis Potosí y le ayudó en todo.

– Como foi a relación con Galicia dende que marchou? Mantívose en contacto ca familia?
Sí, sí. Mi papá siempre se mantuvo en un contacto muy estrecho con ellos. Cuando empezó a ser próspero mi papá, les ayudó mucho. Les hizo una casita nueva allá, no como hacían muchos inmigrantes que hacían casas ostentosas, no no, hizo una casa vivible en el mismo lugar, les compró maquinaria, camionetas, cosas así, ayudó a que se hiciese un cementerio allí, porque no había, enterraban a los muertos lejos ese tipo de cosas. O sea, siempre ayudó. Cuando ya pudimos empezar a ir a España él iba una o dos veces la año de visita y venía, después de que terminó la Guerra Civil. Empezamos a ir los hijos y siempre fuimos a verlos con los familiares, muy queridos para nosotros. Ellos han venido también después, hemos mantenido una relación muy estrecha con los familiares de allá.

Fotografía de Ramón Carballo Pérez.

– Eiquí en Aguascalientes había outros galegos? Asentouse en Aguascalientes pronto ou tivo moitos movementos ao longo da súa vida?
No fíjate, mi papá era el único gallego, aunque sí había asturianos. Su primer socio cuando llegó aquí era asturiano precisamente. Cuando se le quemó la tienda se fue a trabajar en un taxi en San Antonio, Texas, con mi mamá. Allí estuvieron unos años. Luego unos patrones americanos apreciaron su gusto por el trabajo y honestidad y lo recomendaron para que viniera a trabajar en una mina de propiedad estadounidense en Parral, Chihuahua. Y allí cerca de Parral, en un lugar muy desértico en unos campos de cal que se quemaba para la mina, comenzó a trabajar. Vivíamos en una casa totalmente lejana de la ciudad, pero cuando mi mamá se embaraza y nacíamos íbamos a nacer a Parral, allí viví cinco años de mi vida. Luego ya le dicen a mi papá que ya no iban a usar esos recursos energéticos , y juntaron sus ahorros y como mi mamá era por aquí de la zona de Aguascalientes pues vamos a Aguascalientes. Llegamos aquí en 1930 y se hizo socio de Julio Elías Torre, asturiano, y trabajaron juntos unos años y luego se separaron, pero fueron amigos toda la vida eh, muy buenos amigos. Luego fueron buenos empresarios, pero sí, los españoles de aquí casi todos eran asturianos, no había así como… yo a veces por la cosa del origen de mi papá cuando sí era estudiante y estaba en México D.F. sí iba al centro gallego a comer. Claro cuando juntaba dinero y podía, me iba allí. Pero aquí en Aguascalientes mi papá en ese tiempo fue el único, pese a que hubo muchos españoles.

– E falando de gastronomía, houbo algún apego gastronómico a Galicia?
Mira sí, lo que le gustaba mucho a mi papá era el caldo gallego, que se lo enseñó a hacer a mi mamá y le salía muy rico, con mucha frecuencia. Le enseñó a hacerlo y date cuenta que comíamos mucho eso, y otra cosa no porque los embutidos eran diferentes. Con frecuencia traía para casa cuando viajaba allá, pero se adaptó a la comida de aquí. Sí, traía cosas de allá de la tierra, a veces traía cosas hechas a mano, ropa de allí, y de allá nos traía primordialmente comida de la tierra de la casa, traía chorizos, embutidos…cosas así.

– Algunha vez sentiuse atacado pola procedencia debido á mala imaxe que se lle da ao galego en Latinoamerica?
– No, a él le importaba poco. Era un hombre muy entero, era muy bondadoso pero era derecho. Era muy seguro de sí mismo y le bastaba su testimonio personal, ayudó a muchas personas aquí en su vida, muchos supimos hasta que murió. Yo creo que no, sí tenía algunas particularidades de eso sí me acuerdo yo. He oído sobre la personalidad del gallego, que reconozco que sí tenía, que era la desconfianza. Era desconfiado en el sentido de que te daba una orden y se veía a ver si lo habías cumplido. No se quedaba con la confianza, él checaba, no se quedaba, era mucha cosa. Igual era con sus sirvientes y empleados. Muy servidor pero era eso [risas] siempre estaba vigilante, y siempre tuvo mucho sentido del humor, era jovial.

Era un hombre completo, muy hombre, en circunstancias muy difíciles de su vida las enfrentó con un valor absoluto y sereno. Como esa vez que se quemó todo recién casado y no pensó que se acababa el mundo sino que dijo pues a empezar otra vez, vámonos, ¿cosas así no? Yo recuerdo, fíjate que lo secuestraron durante la revolución para sacarle dinero un guerrillero de los que andaban sueltos en la Revolución. Él era un hombre que había pertenecido a las fuerzas de Pancho Villa, y cuando Pancho Villa fue perseguido y ya se acabó hubo muchos generalitos que quedaron sueltos y robaban por su cuenta. Entonces este cuate llegaba a su casita del Parral y pedía un café y se lo daba. Mi papá le conocía bien y lo trataba, lo ayudaba en lo que podía, comía a veces, y un buen día llegó y se lo llevó armado. Lo traicionó. Lo llevó a la sierra y lo trajo maltratado y lo amenazó con fusilarlo… lo maltrató muchísimo. Pero como a toda esta banda de forajidos los perseguía el gobierno, lo acabaron agarrando y en una balacera escapó mi papá. A muchas de las gentes de él los mataron y al hombre este lo fusilaron 8 o 10 días después, era un general sí, un general. Y luego pues mi papá tuvo el gesto de ir a la cárcel, lo perdonó, le llevaba recados cigarros, le llevaba tequila fíjate. Lo van a matar pues ya. Siempre tuvo mucho entereza y mucha calma con la vida.

– Até que punto estivo vencellado á súa familia galega pese á distancia?
Cuando se murió su padre fíjate, se murió mi abuelito en plena Guerra Civil porque se levantó temprano ya muy viejito a trabajar la labor del campo. En un invierno muy crudo lo agarró una tempestad muy grande fuera de casa y se metió en una cobacha en el monte y se derrumbó y lo aplastó. El hijo mayor al ver que no llegaba fue a buscarlo, lo trajeron casi moribundo a la noche, congelado. Pero entonces la correspondencia llegaba casi un mes de retraso, las cartas llegaban abiertas fijate, era un problemón, entonces un mes después e su muerte le llegó la carta, donde le avisaban de que había muerto su padre. Me acuerdo que nada más verlo se sucumbió, como ya no podía ir por la guerra y había pasado mes y medio se encerró en una habitación día y medio sin que lo viéramos quebrarse, sufriendo la ausencia de su padre.

Cuando se murió su mama sí fue a España, y cuando murió su hermano también fue a España, antes de la Guerra Civil, Mi papa aún en Parral llegó a ir al entierro de su madre y de su hermano mayor que lo quería mucho, seguramente que era el heredero y que le ayudó a venir, lo quería mucho, se llamaba José. Ese sí llegó y quería mi papá verlo antes de morir y le avisaron de que estaba grave y se fue en cuanto se enteró de la noticia, agarró el avión para ir a Madrid y de ahí a Santiago de Compotela, y de Santiago tomar un carro que lo llevase a Lugo y llegó diez minutos antes de que falleciera, lo conoció le cogió la mano y estuvo con él, le agradeció mucho que fuera, tuvo esa …. en fin las relaciones familiares no se pierden, nunca. Mi mamá se ponía mala por eso. Nunca lo conocimos -a Evaristo, el abuelo- pero se ve que le dolía no conocerlo. Él decía “escribidle al abuelito”. Yo creo que algunas le escribían  algunas cartas con una letra y otras con otra… pero no tengo ninguna fotografía de él.

– Conserva algunha carta?

Sí, las tengo. Sí, claro. Viene hasta el sobre y la carta de su padre desde O Seixo.

 

Agradecemos profundamente a colaboración a Alfonso Pérez Romo dende tamén a túa Galicia.

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